Hace unos años, una película de acción llamó la atención de un público poco acostumbrado a las cosas originales. Hardcore Henry era una producción cuanto menos peculiar, rodada en Rusia y con coproducción con China y Estados Unidos. Lo que más llamaba la atención del filme era su estética y su cámara, que nos sumergía directamente en el punto de vista del protagonista. Henry acaba de ser “resucitado” por su esposa, que le ha convertido en un cyborg para traerle de vuelta a la vida. Sin embargo, un ejército de mafiosos les está persiguiendo, y logran secuestrarla a ella. La misión de Henry —la nuestra, como espectadores puestos en su piel— es la de recuperar a su esposa, así tenga que enfrentarse a todos. Frenética, visualmente brutal y con efectos intensos, la película llega a producir mareos por eso punto de vista en primera persona utilizado durante todo el metraje.
No es, por supuesto, la primera vez que ese recurso se usaba, pero sí durante tanto tiempo. El POV, o Point of View por sus siglas en inglés, es una técnica que ayuda a implicarse dentro de la acción de un filme, o de un producto audiovisual. Muy habitual en el mundo de los videojuegos, el POV es utilizado en la mayoría de shooters para darle al jugador la sensación de que está dentro de la batalla. De hecho, una de las inspiraciones para rodar Hardcore Henry eran los juegos de disparos al estilo Call of Duty. Sin embargo, la diferencia es que en esos juegos nosotros seguimos teniendo el control de la cámara, pero en una película no es así. El POV se ha hecho popular en el cine convencional en los últimos tiempos, pero donde más ha triunfado esta técnica es en el cine pornográfico. Y es que es natural que, si lo que buscas sea meter de lleno en la acción al espectador, utilices este recurso para que sienta que está en la cama con esa preciosa pornstar junto a él. La tecnología está permitiendo que estos vídeos sean cada vez más comunes, gracias a la facilidad que hay hoy en día para grabar con cámaras más pequeñas y pegadas al cuerpo, perfectas para vivir esa sensación.
La pornografía vive una edad de oro
El cine porno, todavía un tabú para muchos, sigue generando miles de millones en todo el mundo. De hecho, está viviendo seguramente su edad dorada, al menos en cuanto a expansión e ingresos. Nunca antes había sido tan sencillo ver porno, gracias a Internet y a todas las opciones que tenemos hoy en día para disfrutar del cine explícito. Esto hace que cada vez haya más espectadores potenciales y por tanto, se puedan desarrollar más productos, con una mayor variedad. El género POV es solo uno de tantos que están triunfando dentro del porno actual, pero es cierto que muchos espectadores están muy interesados en este tipo de técnicas. Los vídeos POV, además, se pueden grabar fácilmente y solo necesitan de una cámara de acción, como las que llevan aquellos que realizan deportes extremos.
Un género cada vez más popular
El POV es un género que lleva ya tiempo practicándose en el porno, aunque es cierto que su popularidad está siendo mayor en las últimas dos décadas. Esto se debe, sobre todo, al tema tecnológico. Anteriormente, para rodar una película necesitabas una cámara muy pesada y enorme, así que no era sencillo utilizar este punto de vista para el rodaje. Sobre todo porque el cámara debía ser el propio actor, habitualmente masculino, y la imposibilidad de utilizar las manos por estar con la cámara limitaba mucho la acción. Sin embargo, las nuevas cámaras digitales cada vez más pequeñas han permitido que el POV se desarrolle. De hecho, hoy por hoy es uno de los géneros más vistos en las plataformas pornográficas, e incluso hay productoras que se han centrado en él de manera completo.
El POV en el porno sirve para conseguir una mayor inmersión en la escena y sentir que estamos dentro. Al contrario de las escenas habituales, donde aparecen los dos protagonistas, en el POV solo sale la chica, que además nos mira de manera directa. No se está refiriendo a su compañero de rodaje, nos está hablando a nosotros a través de la pantalla. Esto hace que la conexión con esa escena sea total, y que gracias a este truco, el espectador se sienta dentro de la propia acción. Es natural que muchos se sientan más identificados con este género, ya que permite al espectador ponerse literalmente en el lugar del chico que está recibiendo toda esa pasión.
La tecnología ayuda a la inmersión
El porno siempre ha sido una industria muy influida por la tecnología. Como todo el cine o todos los proyectos audiovisuales, al fin y al cabo, pero de una manera aún más especial. Y es que encontramos que, en los últimos 40 años, la pornografía ha pasado por diferentes formatos y ha evolucionado hasta ser lo que es hoy en día. El paso del analógico al digital, a principios de los 2000, fue un punto de inflexión importantísimo. Las cámaras ya no debían ser tan grandes, se podía grabar mucho más cómodamente, y el POV comenzó a estandarizarse en muchas escenas gracias a esta facilidad. De hecho, hoy por hoy el actor puede rodar la escena sin necesidad siquiera de coger la cámara, llevándola pegada a su cuerpo, ya sea en la cabeza o en el pecho.
De esta manera, las tomas que se consiguen son absolutamente espectaculares, muy originales e inmersivas. Nuestra generación además ya está más acostumbrada a este POV gracias a los videojuegos, que han sido los que han introducido de verdad esta técnica en nuestras vidas. El porno, como el resto del cine, se ha apropiado de ella como una manera mucho más realista de mostrar el sexo, como si estuviéramos dentro de la escena. Así es como la tecnología está llevando a un nuevo nivel lo de consumir porno. El POV es también el estándar para los vídeos de realidad virtual que tan de moda se están poniendo en estos últimos años. Ver porno con esas gafas es como meterse directamente en la acción, y muchos apuntan a que el futuro de la industria pasa precisamente por esto.
Fácil de grabar y muy efectivo
Una de las grandes ventajas que tiene el POV es que es muy fácil de grabar, ya que solo necesitaremos una cámara, y no varias como pasa en muchas escenas. Además, la libertad que nos dan hoy las cámaras de acción, que pueden llevarse sin necesidad de cogerlas, es una ventaja absoluta con respecto a los otros géneros. El efecto POV resulta muy efectivo para enganchar al público, ya que logra que nos pongamos en la piel del protagonista. Es como si hubiéramos pasado al siguiente nivel del porno, donde nosotros somos los que disfrutamos del sexo, aun estando en casa frente a una pantalla. El género tiene un prometedor futuro por delante gracias a la realidad virtual y a los nuevos avances tecnológicos.